Certificaciones ambientales de cumplimiento general y específico para el sector Azucarero en Guatemala

Un camino hacia la sostenibilidad

El sector azucarero en Guatemala desempeña un papel fundamental en la economía nacional, siendo uno de los principales productos de exportación y generador de empleo. Sin embargo, su operación está estrechamente vinculada al uso intensivo de recursos naturales, como el agua, el suelo y la energía, lo que conlleva importantes responsabilidades ambientales.

Para garantizar que las actividades productivas del gremio azucarero se realicen de forma sostenible y en conformidad con la normativa vigente, es indispensable cumplir con una serie de licencias, autorizaciones y certificaciones ambientales exigidas por las autoridades competentes, lo que hace indispensable su alineación con la normativa ambiental vigente y con estándares internacionales de sostenibilidad.

Para operar legalmente, los ingenios azucareros y las plantaciones de caña deben cumplir con diversas licencias y permisos ambientales, gestionados principalmente ante el Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales (MARN).

Entre las más importantes se encuentra la Licencia Ambiental, la cual requiere la elaboración de un Estudio de Evaluación de Impacto Ambiental (EIA), que evalúa los posibles efectos de las actividades industriales o agrícolas. Además, el Permiso de Vertido regula la descarga de aguas residuales, mientras que la Licencia de Aprovechamiento de Recursos Hídricos autoriza el uso de fuentes de agua superficiales o subterráneas.

Asimismo, el sector debe cumplir con el Registro de Emisiones Atmosféricas que se gestiona a través del Sistema Nacional de Información del Cambio Climático (SNICC) del Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales (MARN)., que supervisa las emisiones contaminantes generadas por calderas y otras fuentes térmicas, y con la Autorización para el Manejo de Desechos Sólidos y Peligrosos, que garantiza una gestión segura de los residuos generados en el proceso productivo.

A la par del cumplimiento legal, varios ingenios han optado por certificaciones voluntarias ambientales y de sostenibilidad que refuerzan su compromiso ambiental:
  • Bonsucro, que promueve la producción sostenible de caña de azúcar a nivel global.
  • ISO 14001, que establece sistemas de gestión ambiental eficaces.
  • ISCC, para biomasa sostenible y energía renovable.
  • Carbono Neutralidad, a través de la medición y compensación de emisiones de gases de efecto invernadero.
  • Certificaciones como Fair Trade y Rainforest Alliance, enfocadas en aspectos sociales y de biodiversidad.
El gremio ha avanzado en prácticas que reducen su impacto ambiental, como el uso de bagazo como fuente de energía renovable, el tratamiento y reutilización de aguas residuales, la conservación de zonas forestales, y programas de educación ambiental para trabajadores y comunidades vecinas. También destacan los esfuerzos por implementar agricultura de precisión y tecnologías de riego más eficientes.

A pesar de los avances, existen brechas técnicas en el monitoreo ambiental, limitada capacidad institucional en algunas regiones para fiscalización, y retos relacionados con el cambio climático, como sequías o lluvias intensas que afectan la producción. Además, se requiere mayor transparencia y acceso a información ambiental.

El cumplimiento ambiental en el sector azucarero guatemalteco no solo es una obligación legal, sino también una oportunidad para mejorar la eficiencia, acceder a nuevos mercados internacionales y fortalecer la reputación corporativa. La implementación adecuada de estas licencias y certificaciones asegura una producción más limpia, responsable y alineada con los principios de sostenibilidad.

El reto para el gremio azucarero es mantener una visión estratégica que combine productividad y cuidado ambiental, garantizando así la viabilidad del sector en el largo plazo.

Refuerzo del compromiso y camino hacia la sostenibilidad

El fortalecimiento del cumplimiento ambiental no debe verse únicamente como una exigencia normativa, sino como una oportunidad estratégica para los ingenios azucareros. Adoptar un enfoque proactivo hacia la sostenibilidad permite al sector no solo cumplir con la legislación vigente, sino también posicionarse como un referente de responsabilidad ambiental en la región. Esta oportunidad estratégica se aplica a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, la protección y regeneración del recurso más valioso: el suelo, así como al uso responsable del agua, bajo el enfoque de recolección aguas arriba y descarga aguas abajo.

La implementación de certificaciones voluntarias y estándares internacionales no solo valida las buenas prácticas ambientales, sino que también actúa como un mecanismo de “cumplimiento adicional”, que va más allá de lo legalmente requerido. Estas certificaciones aumentan la credibilidad ante inversionistas, consumidores y socios comerciales y cualquier otro grupo de interés, abriendo puertas a mercados más exigentes y conscientes del impacto ambiental.

Además, el camino hacia la sostenibilidad fortalece la resiliencia del sector frente a los desafíos del cambio climático, mejora la eficiencia operativa y promueve relaciones más sólidas con las comunidades y autoridades. En este sentido, los ingenios que integran la sostenibilidad como eje central de su estrategia no solo aseguran su viabilidad a largo plazo, sino que también contribuyen activamente al desarrollo social y ambiental del país, impulsando así un modelo verdaderamente sostenible.
 

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